
En la frontera de la seguridad vehicular están los Sistemas de Protección Activa (APS), como el AMAP-ADS, que detectan amenazas en tiempo real y las neutralizan en fracciones de segundo. Aunque inicialmente diseñados para vehículos militares, su adaptación a autos civiles es ya una realidad en modelos de alta gama.
Complementados por sistemas de monitoreo con cámaras 360º, sensores térmicos y radares, estos sistemas permiten una vigilancia continua del entorno. El conductor está siempre informado y preparado, con alertas automatizadas que pueden prevenir desde robos hasta emboscadas.
La tecnología ya no solo detiene balas: ahora también anticipa el peligro. Integrar estos sistemas en un vehículo civil es elevar la seguridad al siguiente nivel, dotando al conductor de capacidades antes reservadas para convoyes militares o cuerpos de élite.