
Niveles de blindaje en México: lo que sí importa y lo que no te dicen
El mercado del blindaje automotriz en México está lleno de términos técnicos, niveles, certificaciones y promesas que suelen confundir al usuario. Saber elegir el nivel adecuado no es un asunto de moda ni de precio: es una decisión estratégica basada en tu tipo de riesgo. Por eso es importante conocer qué protege realmente cada nivel y qué información suele omitirse en las cotizaciones.
Los niveles de blindaje más utilizados se basan en las certificaciones NIJ y sus equivalencias internacionales. Un Nivel IIIA ofrece resistencia a calibres más potentes de arma corta, como una magnum .44. En niveles más altos se comienza a hablar de protección contra armas largas, lo que incrementa drásticamente el peso, el costo y el impacto en la conducción.
Lo que casi nadie te dice es que más nivel no siempre significa más seguridad. De hecho, muchos usuarios adquieren blindajes muy superiores a su riesgo real, sacrificando desempeño, combustible y vida útil del vehículo sin necesidad. También es común que empresas de bajo nivel no respeten los espesores necesarios para el cumplimiento de las normas de protección, mezclen materiales o no cuenten con certificaciones vigentes.
La decisión sobre qué nivel de blindaje conviene debe considerar dónde usas el vehículo. El mapa de incidencia delictiva en México muestra que los riesgos no son homogéneos: ciertos estados concentran mayor cantidad de delitos de robo, de asalto, de vehículo o de violencia armada.
A continuación se presenta una orientación basada en riesgo geográfico:
- En entidades con alta tasa de incidencia delictiva (robos, asaltos, violencia armada) —por ejemplo, algunas del norte o del occidente del país— conviene considerar al menos un nivel IV (VPAM6 PM200) o incluso un nivel de blindaje mayor si además las rutas implican carreteras o zonas vulnerables.
- En entidades de riesgo medio, donde el tipo de asalto tiende a ser urbano, con armas cortas, y el vehículo circula principalmente en ciudad, un nivel IIIA puede ser suficiente.
- En entidades con riesgo relativamente bajo o para uso mayormente urbano tranquilo, un Nivel II o un sistema antiasalto como PRAEFECTUS CITY puede ofrecer la protección adecuada sin costos excesivos.
Por ejemplo, si tú circulas habitualmente entre CDMX y el Estado de México, o en zonas de alto tráfico urbano en la zona metropolitana de la CDMX, el nivel IIIA aparece como un punto de referencia realista.
Por otro lado, si te mueves principalmente en una entidad con incidencia más moderada y rutas predecibles, podría plantearse un Nivel II, siempre que el vehículo no salga a zonas de alta vulnerabilidad o carreteras peligrosas.
Recomendaciones antes de tomar la decisión de adquirir un blindaje.
- Evalúa dónde usas tu vehículo (ciudad, periferia, carretera, rutas peligrosas) y cuál es la interna del riesgo (hora, zonas, tipo de amenaza).
- No caigas en la trampa de “cuanto más nivel mejor” sin analizar si ese nivel se corresponde con tu riesgo real.
- Asegúrate de que la blindadora ofrezca certificación, transparencia y trazabilidad legal de los materiales que instale en tu vehículo.
- En entidades de alto riesgo, considerar niveles más elevados; en entornos urbanos controlados, niveles ligeros con enfoque antiasalto pueden ser la mejor inversión.
En PRAEFECTUS apostamos por la transparencia: evaluar primero el contexto del cliente y recomendar únicamente el nivel necesario de acuerdo a su ubicación y sobre todo a su nivel de riesgo.
Solicita una cita con alguno de nuestros asesores y permítenos identificar y asegurarte cuál es el nivel de blindaje que realmente necesitas.
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