
La oferta de servicios de blindaje en México ha crecido de manera considerable en los últimos años. Sin embargo, no todas las empresas que ofrecen este servicio cuentan con la certificación y los estándares necesarios para garantizar la seguridad de los ocupantes. El principal problema radica en que muchas personas, en su afán por reducir costos, optan por lo que se conoce como “BLINDAJE BASURA”.
La creciente demanda de vehículos blindados en México ha llevado a la proliferación de talleres no certificados que ofrecen servicios de blindaje a bajo costo. Sin embargo, optar por un blindaje de baja calidad puede comprometer seriamente la seguridad de los ocupantes.
Según el Consejo Nacional de la Industria de la Balística (CNB), la compra de autos blindados crece año con año, en promedio 8%, y para 2024 podría llegar al 12% debido a la percepción de inseguridad a nivel nacional.
El blindaje de baja calidad implica el uso de materiales deficientes, procedimientos incorrectos y una instalación inadecuada. Esto no solo compromete la capacidad de protección del vehículo, sino que también puede poner en riesgo a los pasajeros en situaciones críticas. Según el Consejo Nacional de la Industria de la Balística (CNB), en los últimos años se ha detectado un incremento en los vehículos que presentan fallas graves en su blindaje debido a malas prácticas de mercado.
Uno de los riesgos más grandes del blindaje de baja calidad es la falta de uniformidad en la protección. Es decir, mientras que algunas áreas del vehículo podrían estar bien protegidas, otras podrían ser extremadamente vulnerables. En situaciones de asalto o ataque, esta diferencia puede ser crucial.
Por esta razón, es fundamental acudir a empresas con experiencia y certificaciones en el mercado. Desde 2008, la Secretaría de Seguridad Pública Federal estableció normativas que buscan garantizar la calidad y seguridad en los servicios de blindaje automotriz. Optar por un blindaje certificado es una inversión en la vida y seguridad de quienes ocupan el vehículo.